El render fotorrealista, es una imagen digital que se realiza mediante programas informáticos especializados en los que se crea un modelo o escenario en 3D por ordenador. Un modelo virtual, al que se le aplican una serie de procesos de iluminación y texturizado de materiales, para finalmente sacar la “fotografía” o render.
El control y experiencia del profesional en estos procesos, son los que marcarán la clave para conseguir el nivel de fotorrealismo buscado.
Un render 3D es una fotografía en todos sus aspectos. Del mismo modo que en el mundo real se realiza una fotografía de un espacio determinado, los programas de renderizado permite hacer una fotografía virtual del espacio modelado previamente. Gracias al conocimiento del comportamiento de la luz y de los distintos materiales respecto a esta, se imitan situaciones de iluminación concretas. Sobre un mismo escenario se pueden realizar infinitas situaciones de iluminación, estudiando el soleamiento natural o la atmósferas que crean distintas opciones de iluminación artificial.
Una vez terminados el iluminado y texturizado de la escena, se inicia el proceso de render. A través de la cámara y las técnicas fotográficas, es posible hacer una fotografía virtual del mismo modo que en el mundo real nos lo permite una cámara fotográfica.
Los conocimientos técnicos acerca del comportamiento de la luz y los distintos materiales en el mundo real son los que permiten hacer una recreación fiel en los programas informáticos. Esto es lo que marca la diferencia entre una imagen que se aprecia hecha por ordenador y otra en la que cuesta distinguir si es una fotografía real.
Actualmente el realismo conseguido mediante la tecnología 3D es cada vez mayor. Vemos su aplicación por todas partes, tanto en cine, videojuegos y también en este caso, la fotografía.
Tanto la imagen real como el render son buenas herramientas, pero cada recurso ha de utilizarse en su debido momento. La fotografía de imagen real es una herramienta perfecta para mostrar los proyectos o los productos una vez ya realizados. Por su parte, los renders son idóneos para recrear la arquitectura o el producto de manera virtual antes de que éste exista.
Por ejemplo, el render 3D es de especial interesen el sector de la arquitectura. Los arquitectos, diseñadores y otros profesionales del sector tienen la capacidad de visualizar un espacio a partir de un plano. Sin embargo, el cliente no tiene porque tener esta capacidad y resulta complicado transmitir la idea de cómo va a quedar ese proyecto. Esto hace que la representación 3D del proyecto se convierta en una herramienta fundamental. Gracias a ella el cliente puede ver ese resultado final antes de realizarlo y le ayuda a conectar con la idea.
Esto ocurre igualmente en proyectos de interiorismo, ingeniería y decoración, así como en la producción de muebles u otros productos.
En definitiva, el render fotorrealista permite crear esa emoción fundamental para la compra de una idea o un producto, que no es posible transmitir con un plano 2D o una presentación verbal.